Ecos de una ciudad sumergida.

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martes, 6 de marzo de 2012

NAPALM DEATH - Utilitarian (2012)


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Regreso tras una semana de retiro espiritual, algo que servidor necesita de vez en cuando en lo tocante a la red, tanto para poder ocuparme de otros menesteres como para dejar de escribir sobre música y simplemente dedicarme a escucharla. Pero no creáis que he olvidado este oscuro rincón de perdición, y esta semana intentaré recuperar el tiempo perdido con un aluvión de reseñas, algunas obvias (por lo conocido de las bandas) y otras que espero os sorprendan gratamente. También os anuncio que voy a introducir un cambio en el blog, pasando a suprimir la valoración de los discos mediante notas numéricas. Hace tiempo que me rondaba la cabeza, ya que era un sistema que introduje cuando no tenía claro que tipo de blog quería construir. Como finalmente ECOS DE R'LYEH es un lugar en el que verter mis recomendaciones más fervorosas y no un sitio de críticas indiscriminadas, pues la verdad que el tema de las notas dejaba de tener sentido. Aclarado esto (por supuesto os invito a que dejéis vuestra opinión al respecto), me meto en harina.


Hablar de Napalm Death es hacerlo de algo mucho más grande que de una simple formación musical. Hablar de Napalm Death es referirse al corazón de todo ese enorme universo que ha venido a llamarse música extrema, lugar de encuentro de toda propuesta que, levantando la bandera de la transgresión, decida que los corsés y la ortodoxia del metal y el punk no es plato de su gusto. Hablar de Napalm Death es apretar los puños ante un mundo de mierda regido por una moral de cerdos, pero gritando a pleno pulmón que podemos cambiarlo. Hablar de Napalm Death es manejar el principal sinónimo de la palabras honestidad y actitud, cualidades necesarias cuando uno se declara enemigo del negocio musical. Y por si había algún despistado, Utilitarian viene a recordarnos que hablar de Napalm Death es hablar de la némesis del conformismo, el eterno caminar del que sabe que parar supone marchitarse y morir. Si tuviera que definir de manera sencilla el decimocuarto álbum del cuarteto británico, diría que es Diatribes con la mala hostia y las ideas claras que le faltaron a aquel, pero sin el que hoy día no tendríamos un pepinazo como Utilitarian entre las manos. Si, no habéis leido mal, Diatribes. Ese disco que fue despedazado de manera analfabeta y obtusa por los que no supieron (ni quisieron) entender a una banda que se negaba a encasillarse, y que suplía sus evidentes carencias (principalmente el encajar todas las nuevas sonoridades que incluían) con una valentía mayor que el 99% de grupos "extremos" con los que se pajillean todos los eruditos del metal cavernícola. Utilitarian supone también un repaso a todo el arsenal que han manejado y manejan los de Birmingham con el fin de llevar el abrasador apocalipsis nuclear a  nuestros oidos, pues a través de los 16 cortes que lo componen podremos retorcernos gozosos cual alimañas leprosas al ritmo del mejor grindcore, punk, hardcore y crust, todo ello regado por una generosa ración de esa cosa llamada groove y que en castellano paladín viene a ser un gancho de cojones. Perlas de brillante sodomía auditiva como Nome de Guerre, Collision Course u Opposites Repellent son buena prueba de ello, además de guiños nada velados a su época devastadora de From Enslavement To Obliveration. Sin embargo no estaríamos delante de un disco de Napalm Death si no tuviéramos alguna sorpresilla, y en el caso de Utilitarian visiblemente cuantiosas y notorias. Desde la inclusión del saxo cortesía de la también leyenda viva John Zorn (aunque también es cierto que no es la primera vez que colaboran) en Everyday Pox a las bases industriales en la onda de Fear Factory, pasando por los coros de un Mitch Harris más presente en las labores vocales que nunca, Utilitarian deviene en un álbum que dista mucho de ser el típico trabajo del cuarteto, si bien es cierto que después de tres décadas de carrera el personal ya debería estar preparado para este tipo de cosas. Y si no lo está pues que le jodan, porque Napalm Death son ley y los demás meros espectadores de su rodillo inmisericorde. De todos modos hay cosas que nunca cambian, como una producción soberbia capaz de aunar contundencia con claridad y respeto por todos los instrumentos, una sección rítmica de otro planeta  y un Barney Greenway que a sus 42 primaveras sigue berreando como una bestia del Averno. Como decía, hablar de ellos es más que referirse a una banda de música... Es hablar de algo más grande que la puta vida. Punto.



Utilitarian es la demostración de que es posible alcanzar la vida eterna. La única pega es que para ello tienes que pertenecer a Napalm Death, y ni tú ni yo tenemos el talento ni la mala hostia para conseguirlo. Siguen siendo LEY.



2 comentarios:

Abbath dijo...

Chulthu, napalm death no son un grupo más. Para mí definitivamente son mi vida! y me encanta que se abran a todo tipo de sonoridades porque seguro que no estaríamos hablando de ellos si se hubieran dedicado a repetir el "scum2 una y otra vez desde entonces. Solo una pega (es una manía mía) los coros del señor Harris siempre me rechinan un poco

Soulkiller dijo...

Pues a mí la verdad es que me ha decepcionado el disco: los temas se me antojan sin la misma garra que en el anterior Time Waits For No Slave (el cual sí me pareció un pepinazo, aunque le sobran algunos minutos), demasiadas cosas inconexas y sin sentido entre temas, y esos coros que... en fin. La verdad es que respecto al anterior, me ha resultado una bajada considerable. Y no habrá sido por no darle escuchas, desde luego.

Un saludo maestro, a ver si vuelvo a leerte más a menudo, que he estado muy ajetreado y sin ganas de casi nada.