Ecos de una ciudad sumergida.

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

OBSCURA - Cosmogenesis (2009)


Tracklist:
  1. The Anticosmic Overload
  2. Choir Of Spirits
  3. Universe Momentum
  4. Incarnated
  5. Orbital Elements
  6. Desolate Spheres
  7. Infinite Rotation
  8. Noosphere
  9. Cosmogenesis
  10. Centric Flow
Otro disco que entra de cabeza entre lo mejor de este año. En su debut para la insigne Relapse Records, Obscura ha sufrido un cambio radical de integrantes, dando entrada a tres seres que deberían tener estatuas en su honor en medio mundo. Porque, señoras y señores, los tres nuevos miembros de Obscura son nada más y nada menos que (todos en pie) Christian Muenzner (guitarra) y Hannes Grossman (bateria) de Necrophagist y Jeroen Paul Thesseling (bajo) de Pestilence. Casi nada. Además, los guiños son más que evidentes. El nombre de la banda sacado de la puta obra maestra de Gorguts, el estilo del nombre de la banda calcado al de Obituary, amen de una portadaca y un título que son estándares dentro del technical death metal, ya nos indican por dónde van los tiros. Pues bien, van por ahí y mucho más lejos. Porque lo que aquí tenemos es una fusión perfecta del sonido de Cynic, Death, Atheist, incluso Opeth, junto a las más obvias de Pestilence junto con el barniz más actual de unos Necrophagist en plena forma.

Si, estamos ante un disco de technical death metal progresivo. Yo puse la misma cara de escepticismo, aburrido por la escucha de decenas de virtuosas pero estériles bandas en el pasado. Pues tengo que decir que desde el primer segundo de escucha del álbum, estos tíos borraron esa expresión de un puñetazo. Como los clásicos del género, Obscura son capaces de lanzarte el death más técnico y bizarro del planeta a la cara, y sin embargo sonar acojonantemente grandiosos y melódicos. La guitarra nos bombardea sin cesar con un infinito repertorio de cambios de ritmo, riffs brutales, acojonantes solos de guitarra de otro planeta y ultramelódicos, e incluso aparecen guitarras acústicas en algunos momentos. Hay que quitarse el sombrero ante el despliegue de Muenzner, que nos puede recordar al genio del tristemente desaparecido Chuck Schuldiner cuando hacía diabluras allá por los 90. Thesseling no se queda atrás, y sacando magia de su bajo de 6 cuerdas nos regala toda una exhibición de jazz-fusión que se ve favorecida por una producción donde su sonido es claramente audible, estando en muchos momentos del álbum en un primer plano. Y para completar la tripleta, Hannes Grossman, que aporrea la batería como un auténtico simio atiborrado de speed, desplegando él también una cantidad inconmensurable de recursos, como blast beats, dobles bombos a velocidad sobrehumana y continuos cambios de ritmo que pueden dejarte fácilmente sin aliento. En el apartado vocal, Steffen Kummerer (el único miembro que queda de la banda original) no desentona añadiendo al fantástico conjunto las tradicionales voces guturales y rabiosas, aunque en este caso unidas a otras voces limpias/electrónicas (Noospheres), muy en la onda de Cynic. Acerca de los temas del disco, la verdad es que es difícil destacar uno en especial, puesto que todos ellos son enormes. Vamos a encontrar desde la rabia ultratécnica y a toda pastilla de la inicial The Anticosmic Overload, a la maravillosa instrumental Orbital Elements, que sirve como momento de respiro a mitad de álbum, y que nos introduce en su segunda parte, en la que la velocidad comienza a compartir espacio con pasajes más progresivos, y que en mi opinión suponen el punto álgido del álbum. Ahí están la ecléctica Cosmogenesis o el inmenso corte final, Centric Flow, donde la banda deja fluir con libertad su vena más progresiva, y cuya última media parte pone simplemente los pelos de punta, curiosamente echando mano de las estructuras más sencillas que se puedan oir en los 50 minutos que dura el disco. Tampoco hay que perder de vista Choir Of Spirits (buf! esa entrada de bajo...) ni la genial Desolate Spheres.

Otro discazo de metal extremo a la saca de este año, en el que parece que todas las bandas se han apurado para despedir la década a lo grande. No es Cosmogenesis un ejercicio de originalidad, pero sí un pedazo de tributo a las bandas clásicas anteriormente citadas, y que se encuentra entre los pocos capaz de mirar a los ojos a sus obras emblemáticas. Un álbum de obligada adquisición, y que si no fuera por la fecha en las que nos encontramos, entraría directamente en el Olimpo junto al Human o Focus.

Nota: 9,25/10


Vídeo: The Anticosmic Overload

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